martes, 20 de diciembre de 2016

El sushi del atraso


Ayer se publicó una foto en la que políticos del oficialismo y de la oposición compartieron un encuentro en un lugar privado amenizado con sandwichitos de miga y piezas de sushi para negociar ciertos puntos del proyecto de ley sobre el impuesto a las ganancias.
Lo curioso del caso es que casi en simultáneo se conocieron dos versiones de la misma foto que registró el ameno encuentro: la versión original y otra versión pasada por una mano de retoque digital en la que se habían suprimido de la mesa los platos con piezas de sushi.
Ambas se viralizaron de inmediato y generaron  gran cantidad de memes y burlas en las redes sociales.

Son tantos los eventos que pueden descifrarse como erróneos a partir de esa foto que merecen una reflexión.  La cadena comprende desde errores de comunicación e impericia artística hasta una concepción de la realidad del todo provinciana y anacrónica.

En primer lugar, que un Ministro tenga que acercarse a la casa de un opositor que ni siquiera entró a la instancia del ballotage para acordar puntos sobre una Ley, es por lo menos llamativo.
Era ese el mejor lugar para una negociación? No debería haber sido en un recinto institucional antes que en un espacio doméstico? Hubiera sido preferible al revés, que el opositor tuviera que ir al lugar propuesto por quien es oficialismo? Mistério.

Teniendo en cuenta que no hay político que tenga al menos una persona- ó un equipo de personas-  que asesore en cuanto a cada pequeño gesto a ser comunicado, era previsible una fotografía de tal encuentro doméstico para comunicar por las redes.  Al menos, suele pensarse siempre en cada encuentro de esas características acerca de la conveniencia o no de la foto.
Y si la decisión era que la foto debía hacerse, hay demasiado aspectos a ser tenidos en cuenta por los comunicadores.

Acá empieza la zona oscura de la puesta y surge la incógnita de si hubo o no alguien que piense en qué momento debía tomarse la fotografía. Es decir, era conveniente antes o después de poner comida sobre la mesa? O si desplegar unas carpetas y unos papeles hubiera sido más adecuado ó, al menos, más convincente. Acaso la mera mesa vacía con unos vasos de agua? Lo que se desprende de esto es que hubo una ausencia a tiempo de esa mirada sobre lo que cada aspecto de la puesta connota en cualquier fotografía.

Pero más curioso  aún es la concepción que gira en torno a un plato de comida como el sushi.
Desde hace más de una veintena de años, en cualquier ciudad del mundo occidental- europea o latinoamericana- se puede conseguir sushi tanto en restaurantes sofisticados como en locales al paso.
Es decir que el sushi  ha dejado de ser comida japonesa para pasar a ser comida internacional como los tacos, el chop suey o las hamburguesas. Ya no es una excentricidad. Salvo para los ojos de una cultura anacrónica y sociologicamente empobrecida.
La evidente culpa que genera expresa con claridad abrumadora esa concepción.

Hay un documental que publicó Netflix llamado “Chuck Norris vs Communism” que trata sobre la censura en la terrorífica Rumania de Ceaucescu ante el avance de la películas occidentales en VHS durante los años 80. Allí puede verse como entre otras cosas se censuraban las escenas con comida abundante porque era algo que una familia rumana no podía ver materializado en al almuerzo o la cena  durante la dictadura comunista.
Es evidente que la voluntad de remoción del sushi de la imagen es por lo que podría connotar.
Pero, qué podrá connotar? 
Riqueza? Gasto suntuario?  Desinterés por los que menos tienen? Colonización ideológica? Frivolidad? Comidas menos peronistas?  Sea lo que sea, no es más que una tara fuera de época.
Esta tara culposa y provinciana hace que nos preguntemos entonces porqué fue el snack elegido para el encuentro de negociación?  Si es tanto lo que podría connotar y si existía la voluntad de comunicar el encuentro mediante una foto, cómo no hubo siquiera un asesor que recomiende pedir inofensivas empanadas? O tomar la fotografía después de retirados los platos?
Esto indica improvisación en la comunicación. Y pobreza conceptual.
Otra pregunta es si solamente una fotografía fue tomada de ese encuentro? No hubo una al saludarse, o en otro momento? 

Luego alguien tuvo la idea de que a esa posible única foto era mejor quitarle la connotación suntuaria del sushi.
Si bien la imagen era complicada para el retoque también es evidente que quien operó el Photoshop- programa de retoque fotográfico- no era un experto. La falta de sombras, el apoyo de la mano del ministro sobre la mesa saltan inmediatamente a la vista.

Otras preguntas para los responsables de la comunicación es cómo fue posible que se filtrara la foto original si se había decidido comunicar la escena retocada?
O, al revés, si no hubiera sido la intención comunicar una foto retocada, cómo es posible que un empleado suba una foto que se le ocurrió retocar para ganarse el visto bueno de su contratante sin que sea aprobada estrategicamente?

La explicación posterior fue justamente que un colaborador quiso ganarse el visto bueno de su contratante. Es decir, la lógica de favores prima aún para la excusa inverosímil.
La decisión culposa de retocar la imagen no puede nunca haber sido exclusivamente de un mero empleado o communuty manager. Y si lo fue, connota impericia para el ejercicio de un modesto stalinismo de retoques.

Finalmente, ese empleado fue dado de baja por su contratante porque ya se sabe, en Argentina la culpa siempre es del maquinista. Alguien ya se ha quedado sin el descuento a las ganancias. La ley ya no será para ese empleado en ese puesto. El encuentro doméstico no estaba destinado a sus haberes.

Concluyo que la manera en que se concibe la mirada ajena aún para un político en Argentina, es de un provincianismo dramático. La culpa del sushi recuerda a la dictadura rumana.
Nuestro pobre provincianismo es cada vez más pobre y termina siendo un chiste en las redes.
La década ganada ha acentuado las taras sociológicas hasta alcanzar el peor momento sociocultural de nuestra historia. Estamos aún en la cumbre de nuestras viejas taras sin entender cómo es que llegamos a esa cumbre. 
Y no se ha inventado aún el Photoshop para borrar esa pobreza conceptual ni la torpeza anacrónica.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

La primavera de Casey Wonder



Una vez más, llega la primavera. Una Fiesta en la localidad de Moreno describe toda una cultura. Veamos algunos datos recopilados de testimonios de algunos jóvenes vecinos y testigos:

- El predio donde se realizó era una quinta que se alquilaba informalmente y sin habilitación alguna para fiestas. Ni para parrilla, como funciona de día


- No había ningún tipo de control o seguridad

.- Se calcula que asistieron más de 1000 personas, muchas de los cuales eran menores

.
- Un colectivero cuenta que se bajó un grupo de unas 20 chicas de entre 12 y 14 años en la puerta de la fiesta. Otros testigos dicen que hubieron cientos de menores.- Quienes llegaran con algún tipo de droga para convidar no pagaban los $50 de entrada

.- La convocatoria se hizo por Facebook con el nombre de Fiesta Proyecto XXX. Los comentarios son aterradores: "Va a terminar todos muertos" "Traigas falopa y fierros" "Si tenés arma blanca traé arma blanca". "La Fiesta que va a explotar, va a haber mucho escabio y mucho descontrol" Las fotos de armas blancas y de fuego acompañaban las aterradoras expresiones celebratorias


.- Adentro se podía comprar cocaína, pasta base y marihuana


- Mas testimonios: "Un grupo de pibes cantaba el nombre de su barrio y otro respondía amenazante"  En un momento el DJ pidió "No nombren los barrios". Y estalló la furia.- Pasillos humanos en los que se recibían cuchilladas al azar, gritos, gente corriendo, tiros.Todo tipo de armas entraron en juego, hasta picanas- picanas!!!- botellas rotas, garrotes de metal y piedras para saquear celulares, drogas, bebidas y billeteras a los más débiles.

- En la calle, motos que disparaban tiros al azar de quienes corrían intentando escapar. "A alguno vamos a embocar" dice haber escuchado un testigo.


- Todo estuvo anunciado. Como en Cromañón. Una vez mas fuerzas de seguridad  se destacaron con eficacia en la imposibilidad de prevenir lo que se anuncia por las redes desde días antes. La norma es llegar tarde.Cuando un chico de 19 años estaba muerto de un balazo en el pecho y 14 heridos intentaban llegar a un hospital. La prevención comporta el desarrollo. La incapacidad de prevenir es proverbial en Argentina. No es novedad


- Muchas madres desesperadas buscaron a la mañana por hospitales de la zona a sus hijos porque con el robo de sus celulares quedaron incomunicados.

-Vecinos, un playero de una estación de servicio, remiseros, relatan el pánico de quienes buscaban protección  al grito de "nos quieren matar, nos quieren matar". Solo faltaba la conducción de Leonardo Favio pidiendo "Les pedimos no hagan uso de sus armas"   como en Ezeiza.

Nada de lo descripto está bien. Casi nada es legal. Todo es anormal.
Pero esa es la realidad. La única verdad en una fiesta juvenil de primavera suburbana,
La pregunta eterna es: dónde está el Estado en todo esto?.
La involución en la convivencia es lo único que parece evolucionar favorablemente en Argentina. Y eso hace que sea imposible no pensar en los últimos doce años.Porqué?

Porque en los últimos doce años hubo una sobreactuación del Estado autodefinido como "El Triunfo del amor", como "Década ganada". Ese Estado que no es otro que el que promovió con fondos públicos- por citar unos pocos ejemplos-  cosas como:

- Juegos infantiles que consistían en escupir gigantografías de periodistas críticos del gobierno.

- Juegos interactivos para apedreamientos de gorilas en modo virtual (Muestra del Pensamiento Nacional, Palais de Glace) 

- Juicios informales a periodistas críticos en Plaza de Mayo

- Una ONG compuesta de barrabravas de todos los clubes llamada Hinchas Unidas de Argentina- Un grupo de fuerza de choque llamado Vatayón Militante

Una patota en el INDEC que sigue vigente

.En el plano semántico, siempre deficitario en Argentina, ese Estado nos propuso cerrar cuatro días de celebración del Bicentanario de la Revolución de Mayo con algo denominado Fuerza Bruta. Para un antropólogo lingüista no es una casualidad ni es un dato menor. Es el lenguaje generando realidad. Es toda una etiqueta de época

.- Ese mismo Estado es el que nos ofreció a una presidente bailando murga con una cacerola para celebrar los 30 años de Democracia el día que morían cinco personas en medio de saqueos generalizados en varias provincias

.- Ese Estado es el que durante doce años estableció la diferencia entre nosotros y ellos, entre amigos y enemigos en la disputa de una territorialidad política, económica, física, mediática y simbólica, que fue desde la disputa de la calle hasta el traspaso del bastón de mando presidencial

- El mismo Estado cuyos funcionarios nos ofrecieron hace poco el mórbido espectáculo de toneladas de dinero en mesas de dinero, en cajas de seguridad, en bolsos, en conventos, potencialmente en dragones y vaya a saber cuántas otras fealdades artísticas.

- Ese Estado del amor triunfante, tuvo que prohibir de modo sostenido la convivencia de la hinchada local y la visitante en el fútbol, diversión popular por excelencia  Fenómeno único ene le mundo y en nuestra propia historia

- Ese Estado permitió que se instale de muchos modos por el complejo fenómeno del narcotráfico. Se podría decir que Argentina terminó la década del amor como un narcoestado poblado de carteles y de maras.

- Ese Estado fue el que utilizó como gracia y ejemplo a un niño llamado Casey Wonder que repetía sin conciencia clichés sobre la dictadura que no conoció delante de la ex presidente y en la TV Pública sin que sus padres sean penalizados por eso.

No es extraño que de ese Estado haya decantado una concepción tribal de convivencia, lo cual no es más que una forma de analfabetismo político del siglo XXI. La cultura de la fuerza como medida de dirimir cualquier diferencia prolifreró en patotas, en barrabravas, en capangas, en la vaga idea del aguante o del bancar la parada. Y permeó a las últimas generaciones. Las que recibieron una educación en la que solo en el 43% de quienes ingresan al secundario llega al fin de quinto año. Y de esa - casi- mitad solo una mitad comprende un texto. La educación con menor calidad de la región.Los niños escupidores del comienzo de la década ganada forman parte de la generación de jóvenes de la Fiesta de Moreno.Como el prodigio forzado precozmente por sus padres a la propaganda, Casey Wonder. 

Ideologización precaria, déficit educacional, imposibilidad crónica de previsión y de control.
La Fiesta de Moreno nos describe. Es nuestra más precisa radiografía. 
Y nos recuerda que no quisimos detenernos mucho en la herencia, cuando la herencia quizá sea todo lo que tenemos, lo que somos, lo que tenemos para descifrar, reparar y reconstruir en las próximas décadas. Lo que inevitablemente aflora a pesar de los esfuerzos para que no. Y lo que va a aparecer de nuevo, con nuevas formas, en momentos impensados. 
La herencia no es mas que un conjunto de creencias y de conductas que nos hacen ser lo que hoy somos.Se prefiere construir sobre lo heredado sin tener en cuenta lo endeble del piso sobre el que que pretende construir. Debajo de lo que se construye siempre puede haber una Fiesta de Moreno esperando estallar. 
El intendente de Moreno no ha podido explicar porqué algo sí pudo suceder. La ironía del destino quiso que se apellide Festa.

Argentina es una sociedad en situación de prórroga evolutiva que avergonzaría a Charles Darwin. Es comprensible que los falklanders rechacen siempre la gentil propuesta de ser argentinos. 








viernes, 12 de agosto de 2016

Cordera, progresista pre cultural



Hace más de cien mil años, cuando los homínidos empezábamos a erguirnos, la vida de un individuo sucedía en apenas unos veinticinco años de edad promedio.

Los machos eran basicamente preñadores y cazadores que salían a procurar el recurso que alimente a su grupo familiar. 
Hacia la mitad de su promedio de vida, nueve o diez años, las hembras empezaban a menstruar. La gestación, el cuidado y la nutrición de las crías era desde entonces su actividad hasta el final de sus vidas.
A los veinte o veinticinco, los homínidos ya éramos abuelos y nos encaminábamos a la muerte.

Hace unos cien mil años, cuando nos recibimos de homo sapiens muy lentamente ingresámos a un estadio cultural de la vida, que fue dejando rastros, desde hace poco mas de treinta o cuarenta mil, sobre la imparable complejización de la vida. A partir del paso del nomadismo al sedentarismo por gracia del descubrimiento de las posibilidades del cultivo, los grupos humanos pasaron de familias y clanes a comunidades mas grandes y formaron las primeras urbes. Desde entonces las maneras de obtener el alimento se diversificaron en muchas actividades y la organización de la vida dio paso a innumerable variantes. 

Una de sus consecuencias de la evolución cultural fue que los humanos nunca dejamos de extender nuestro promedio de vida. Y esto alteró nuestros períodos de desarrollo psicológico y emocional. Esa extensión del promedio de vida se debe a que al ser la vida cada vez mas diversa y compleja, la preparación para la misma demanda cada vez mas tiempo. Lo que un ser humano necesita saber para encarar la vida adulta es mucho mas complejo hoy que hace cien mil años.  El desarrollo emocional comenzó a demandar mucho mas tiempo que el biologico. 

La OMS - Organización Mundial de la Salud.- considera que el período emocional de la adolescencia hoy se extiende casi hasta los 28 años de edad. Hace cien mil años un individuo de esa edad era casi excepcional. Hoy es apenas un joven emocional en lento transcurso madurativo a la adultez.

Las declaraciones brutales de Gustavo Cordera ignoran todo esto.
Que una niña de dieciséis años sienta calor en sus genitales no necesariamente implica que, como podría suceder con una mujer de veinticinco o treinta, pueda tener una noche de pasión casual con un adulto de mas de cincuenta- como Cordera- sin pagar consecuencias emocionales.
Cordera no solo no considera que una hembra homo sapiens de dieciséis años de edad sea apenas una niña, sino que ignora la vida emocional de esa niña. En sus palabras, el adulto no tendría responsabilidad alguna sobre lo que le suceda emocionalmente a una niña de dieciséis. 
Cordera considera que es apenas una hembra con su órgano sexual caliente. Y siente como estorbo a sus impulsos primarios- sin duda lo habrá padecido en su conciencia más de una vez - el límite standard que la Ley impone como resguardo emocional a lo que la OMS considera apenas una niña. Por más que biologicamente podría haber parido ya varias veces a esa edad.

Cordera no solo avergüenza la evolución sino que demuestra ser referente de una cultura mucho más primitiva, machista y pre evolutiva de lo que se cree. 
Es otro referente del progresismo regresivo, tan de moda en las últimas dos décadas, que tanto ha colaborado a nuestro próspero subdesarrollo sociocultural.

Cordera debería hacer un curso intensivo de psicología evolutiva para ponerse al día con la evolución, pedir perdón y hacer algo por reparar el daño que habrá hecho a decenas de niñas que por estar cerca de un rockero famoso se entregaron a complacer un rato de placer al paso en medio de una gira. 
Y finalmente, debería tomarse tiempo y horas de terapia para poder entender los estragos de entrar a la vejez sin haber madurado lo suficiente. 



viernes, 5 de agosto de 2016

La grieta eterna



Hay una tradición argentina que podría sintetizarse en la dificultad crónica para hacer cumplir la Ley. Esto se ha dado a lo largo de la historia de innumerables maneras.
El hiper personalismo argentino es tan potente que suele pensarse en términos de personalidad aquello que debería pensarse de modo impersonal, es decir, institucional.

Seguramente para los seguidores mas fanáticos de Maradona éste sea una personalidad que está fuera del sistema legal al cual tenemos que responder todos los ciudadanos.

Su excepcionalidad kinestésica ha engendrado una excepcionalidad ante la Ley de modo incomprensible.
Cuando el 11 de febrero de 2006 Maradona conducía su camioneta a mayor velocidad de la permitida hacia Parque Roca a presenciar un partido de la Copa Davis, chocó y destruyó el auto de una joven pareja que circulaba por una calle de Mataderos.
Los testigos afirman que bajó a ver el frente de su propia camioneta y al ver que no era grave el daño, subió y siguió camino al estadio sin siquiera saludar a los damnificados.
El hecho no tuvo ninguna consecuencia para el ex astro futbolísitico. Maradona demostraba una vez más no tener vínculo alguno con el sistema jurídico de la sociedad a la que pertenece. Las leyes no pueden alcanzarlo porque una voluntad general lo coloca siempre en el sitio la excepcionalidad. 

Hebe de Bonafini pertenece a esa categoría de personalidades que se conciben fuera del sistema legal, pero con el matiz de ser parte de una tradición política que siempre descreyó de los "atributos de la burguesía liberal" como la democracia y la justicia.

A lo largo del tiempo ha demostrado con mucho esmero su desprecio por las normas jurídicas: promovió juicios informales en la Plaza de Mayo a quienes consideró "enemigos del pueblo", defecó en la Catedral porque se disgustó con el Cardenal Bergoglio, propuso tomar el Palacio de Tribunales. También expulsó a la fuerza a un grupo de inmigrantes bolivianos que reclamaban justicia por un compatriota asesinado porque osaron hacer el reclamo en la Plaza de Mayo un jueves, al grito de "Fuera de aquí, bolivianos de mierda, la plaza es nuestra".
Por cualquiera de esas iniciativas cualquier ciudadano hubiera recibido, al menos, un llamado de atención de la Justicia sino una penalización. Pero Hebe no. La igualdad ante la Ley no la alcanza. 





Cuando Argentina pudo llevar a cabo el único juicio en su especie a los responsables de la desaparición de un número aún incierto de personas - que no son  30.000-  Hebe desconoció también el pedido del Tribunal. El día de la primera audiencia, éste pidió a todos los implicados y testigos, no concurrir con uniformes militares ni con símbolos de ningún tipo, a fin de no generar tensiones en la audiencia. Hebe incumplió el pedido presentándose con su pañuelo. Ante el reiterado pedido del juez de quitárselo dentro del recinto de la Cámara Federal donde se llevaría a cabo la primer audiencia del juicio, optó por declararse en rebeldía. Ella estaba ahí para imponer las normas, no para acatar una solicitud de la Justicia. Eso generó tensión y revuelo, que hubo que resolver retirándola del recinto por la fuerza pública. La primera audiencia de un juicio histórico comenzaba con el desafío de Hebe a la Justicia que durante años procuró. Ella se colocaba en el lugar de la Justicia. 

Suele confundirse su lucha contra una dictadura con su voluntad de ser quien imparte  o debe impartir justicia, con quien fija las normas. La devoción a las personalidades transforma a Hebe en Justicia y no en ciudadana que debe rendir cuentas.
Todo lo que se le solicita es que esclarezca algunos aspectos de la desaparición de 1200 millones de pesos - cuando el dolar cotizaba 3 pesos- para realizar viviendas que nunca se realizaron. Era dinero público que decidió tomar y hacerse responsable a través de la ONG que presidía. La relación entre una madre que peleó para se condene a los desaparecedores de sus hijos y la construcción de viviendas es menos evidente que misteriosa, pero sin duda, es otra deformidad argentina.

Ayer, fiel a su tradición, hizo nuevamente una demostración de desprecio ante la Ley y la Constitución. No se presentó al llamado de la Justicia y montó una escena muy bien preparada con militantes y referentes como Luis D'elía y Amado Boudou. Solo que la escena que pretendía ser épica puede verse como una asamblea de deudores del Estado, 

El problema que se plantea ahora es qué debe hacer la Justicia. Si vuelve a buscarla, ya sabe con la resistencia que se encontrará. Si la deja pasar, dejará un antecedente más en la abundante historia de la imposibilidad institucional argentina. Y eso abolla más un verosímil que parece muy difícil de construir. 

Que la puesta en escena le gane a la institucionalidad sería dramático. Está sobradamente comprobado, o debería estarlo, que la imposibilidad institucional no es buena para nadie y que acarrea luego consecuencias nefastas a largo plazo aunque, en la coyuntura puntual, hoy favorezca a un flamante gobierno.

La grieta, ahora, sería entre quienes quieren que se cumpla la Ley y quienes no quieren. Aunque pareciera que esas dos fuerzas han sido la constante en nuestra historia, sin resolución creíble aún.

                                    

viernes, 15 de julio de 2016

Constructores de metáforas para cacerolazos innecesarios


 “Se buscan constructores de metáforas”.
Así debería solicitar un cartel en la entrada de varios ministerios.
Sucede que mientras siguen apareciendo fajos de moneda extranjera en cantidades industriales, un cacerolazo innecesario sucedió a los festejos del Bicentenario.
El reclamo fue sostenido en la metáfora de lo injusto.


Se puede ver un gobierno que se esfuerza en explicar lo innecesario pero que significativamente omite explicar lo necesario.
Qué quiero decir con esto? Que mientras los ministros se esfuerzan en explicar que se ríen con las caricaturizaciones televisivas a  funcionarios porque son más plurales que los funcionarios anteriores, omiten lo esencial.

El gobierno olvidó explicar que haber pagado catorce años las tarifas a pecio de caramelos es anormal aquí y en cualquier rincón del planeta o de la historia. Es una estafa que cuesta cara en algún momento. Y ese momento es, justamente, ahora.

Olvidó decirnos que el gas, incluso con el aumento previo al límite que impuso la justicia, seguía siendo el más barato de la región.
Que pagar el gas lo que vale, después de catorce años de subsidio, es salir de una mentira.
Que el gas subsidiado deja como consecuencia la falta de inversión en infraestructura, genera su escasez.

Blanquear la tarifa sin instalar o intentar instalar la nueva metáfora es torpe y deriva en confusión.
El cacerolazo se sostuvo en la creencia de que el aumento es porque es este un gobierno que explota, que recauda para las empresas, etc, etc.
Curiosamente, mientras los billetes de Milagro Sala, Lázaro Báez, José López, Florencia Kirchner desfilan por los medios. Nunca antes vimos tanto dinero robado junto, apilado delante de una cámara.
Y eso no tiene metáfora que lo asocie al aumento del gas o de otros servicios.

Si dijéramos que asistimos a una pantalla por la que vemos en tiempo real a un gobierno sin tradición en el poder nacional, podemos afirmar que lo estamos viendo equivocarse en el proceso de aprender la nueva escala, la nueva función. Es verdad.
Pero eso es muy bueno porque se pueden potenciar las metáforas de la modestia, la horizontalidad, el esfuerzo, la moderación.

Me pregunto entonces cuántas montañas más de dinero tendrán que aparecer para que sea metáfora del gas impago catorce años que ahora toca pagar?
Antes que la costumbre vuelva inofensiva la multiplicación de fajos.

Justamente, el caso López permitiría el aplastamiento final de lo viejo por su enorme fuerza simbólica. Es cuestión de desglosar la narración, explotar todas sus metáforas y añadirle lo innegociable de ahora en más.
Si se tratara de un juego de la infancia diríamos “Te pesqué”
Es decir, “de ahora en más no valen tus viejos argumentos.
Antes de reclamar por la tarifa del gas deberías rendir cuentas de los dólares que evidencian lo que no se pagó, lo que salió del carril del bien común, lo que perjudicó el todo imperdonablemente.
Y debo decirte que el gas a precio de caramelos es parte de la misma estafa. Que me toca salir a explicar como parte de la herencia”

Para eso se necesita la sorpresa de lo nuevo. Por ahora son las escenas del caso López las que sostienen el alargue del segundo semestre.
Pero esa sorpresa, hermosa por cierto, no fue por voluntad del gobierno. Fue a su pesar. Y quizá haya sido lo más trascendente en términos de verosímil desde el 22 de noviembre.



La moderación extendida a todos los órdenes termina en confusión. No se entiende el límite, deriva, insisto, en el reclamo de un derecho que no es tal. El de pagar lo que no corresponde.

El módico cacerolazo, pero potencialmente germinal, era algo perfectamente evitable.
Cómo evitarlo de nuevo debería ser ahora la pregunta.

Mi respuesta corta sería: dar un paso a lo nuevo. Intentar ser por un instante Neil Armstrong dejando la primera huella de algo.
Hasta ahora la tradición era barrer lo viejo para instalar lo nuevo. Este  gobierno contiene lo viejo y si bien eso es una novedad, es una novedad insuficiente. Es gradualismo cultural de diseño. 

Mi respuesta larga sería: está claro que ahora se intenta respetar lo anterior. Pero lo que confunde es el retardo para la aparición de lo nuevo.
En qué consiste esa confusión?
En que hay una sociedad que durante catorce años se acostumbró a ser subsidiada en muchos consumos elementales.
Pagar lo que se debe implica un cambio de costumbre. Y eso implica reeducar un hábito de modo masivo. Dar razones claras para amortiguar la resistencia.
Explicar tarde o no explicar es confuso y se transforma la reacción en enojo, en reivindicación de derecho de gratuidad tácita, en cacerolazo, en huella.
Qué hubiera sido lo adecuado para haberlo evitado, para evitarlo en el futuro? La instrucción para el cambio de hábito. La narración que dé las razones al blanqueo de tarifas, la noción del umbral a ser atravesado, el objetivo buscado, su valor, la novedad a la que se quiere ir.

Que no aparezca con claridad qué otra propuesta hay fuera de no ofender a quienes han sido sostén de la mayor banda delictiva a cargo del poder público en la historia, es parte del problema a resolver.
Se ve una misma moderación en todo. Y eso confunde. Se termina por salir a explicar cuando ya es tarde. La instrumentación de la nueva tarifa del gas fue eso.

Son los constructores de metáforas quienes deberían estar trabajando en aplicaciones concretas. Explicar tarde es todo lo contrario a la construcción de verosímil.